Salina es, ante todo, un homenaje al patrimonio natural y cultural de San Fernando. Es la recuperación de un símbolo local puesto al servicio de la comunidad.

El territorio de la Bahía de Cádiz, dotada de condiciones climáticas óptimas y extensas marismas en las que era posible la roturación de salinas, ha sido trabajado por el hombre a lo largo de la historia, dejando hasta nuestros días la memoria de una antigua tradición salinera y la pervivencia de un rico patrimonio.

El proyecto consiste en una gran salina cuya simple geometría se ve alterada únicamente por dos de los factores naturales que intervienen en el proceso de su formación: la marcada presencia del sol y el viento de levante. La Salina emerge en la posición central de la Plaza del Rey, frente al Ayuntamiento, como símbolo de su comunidad. Es una gran cubierta blanca formada por sencillas estructuras de madera y un manto de cañizo, el material local por excelencia.

En el plano del suelo, que se extiende más allá de los límites del pabellón, se recupera la idea de las salinas sobre barro o fango con la disposición de grava y la creación de asientos de tierra comprimida, que sirven a su vez como bloques para el contrapeso estructural. En el interior de este espacio público se propone el desarrollo de actividades que fomentan los lazos comunitarios, remarcando la importancia de la cultura en el ámbito local.