La Plaza Mayor es la “ágora” de Palma, un lugar de encuentro y el centro neurálgico de la ciudad. Es, al mismo tiempo, un espacio donde conviven y confluyen problemas heredados de la ciudad antigua y la nueva: el crecimiento urbano, la aparición del coche y la transformación de la ciudad como resultado del crecimiento demográfico y turístico. La propuesta aborda dos escalas de trabajo: la reforma de un edificio singular en Palma y, en una segunda escala más amplia y urbana, una intervención sobre una zona concreta de la ciudad. En ambos casos, el proyecto se adapta a las trazas de la ciudad dejando una huella silenciosa, respetando el entorno y la historia que le precede.

En un ámbito urbano, el proyecto plantea la aparición y renovación de una sucesión de espacios públicos pensados para el ciudadano, donde la vegetación y la apertura de nuevas conexiones visuales tienen un papel protagonista. Cobra especial importancia el acceso a la Plaza Mayor desde la Rambla, eje de acceso principal a la ciudad, donde una escalinata alberga diferentes graderíos rodeados de vegetación que invitan a habitar este espacio.

Dando paso a una escala más controlada, de la Plaza Mayor emergen un conjunto de patios circulares de los cuales brota la vegetación que se adaptan a las trazas de la antigua plaza castellana, con su particular austeridad y marcado pavimento reticular. Con un gesto orgánico y evolutivo, la arquitectura invita al usuario a descender al nivel inferior, donde es guiado de forma intuitiva por un recorrido formado por espacios públicos culturales y comerciales. Estos patios permiten la entrada de luz y ventilación natural a esta planta subterránea tan degradada previamente.